España en la UE

Como miembro de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, tengo la oportunidad de conocer muchas reivindicaciones justas de ciudadanos de toda la Unión, y en especial de España. Acuden a nosotros en busca de soluciones a las injusticias que sufren.

 

He podido defender la causa de las víctimas del metro de Valencia, la de los afectados por las cláusulas suelo y las preferentes, la de los que sufrieron y todavía sufren las secuelas de la Talidomida y muchos otros casos… y en todos las ocasiones he conocido a gente valerosa, luchadora y decidida a conseguir que se haga justicia.

 

 

Esta comisión es una ventana abierta a los problemas del país cuyos ciudadanos me eligieron para el Parlamento Europeo, de mí país. Obliga a la institución a mantenerse cerca de aquellos a los que representa, protegiéndolos de decisiones tomadas por sus instituciones locales que, en ocasiones, son arbitrarias o no se atienen a derecho.

 

Las instituciones europeas no son insensibles a los deseos y problemas de los ciudadanos. Al contrario, en muchas ocasiones los europeos encuentran en Bruselas la solución a los problemas que no les resuelven sus gobiernos, regiones o ayuntamientos. De este compromiso da fe la Comisión de Peticiones.

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