Desde que en mayo de 2014 los españoles me eligieron como eurodiputada, entiendo mi trabajo como el compromiso de defender el interés general de todos los europeos, lo que incluye defender la democracia, los derechos humanos y la igualdad en todo el mundo. No es sólo una cuestión de justicia: llevar la libertad y la prosperidad a donde no la hay hará que vivamos más seguros, con nuevas oportunidades y, en definitiva, mejor. Europa ni es ni puede ser una isla.
Aunque como eurodiputada nada europeo me es ajeno, dedico la mayor parte de mi actividad a los derechos humanos, la igualdad de las mujeres, el desarrollo del Tercer Mundo y el acceso a medicamentos. Me siento especialmente involucrada en el destino de los refugiados que llegan a Europa y en la lucha contra la radicalización que lleva al terrorismo.