25 Feb Balas contra medicinas
Artículo publicado por El Confidencial el 23/02/2019
Me resulta asombroso que todavía haya quien cuestione el camino emprendido por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, para la restauración de la democracia. Me parece impecable su empeño en atenerse a la Constitución vigente y hacer todo lo posible por lograr que por fin entre la ayuda humanitaria en el país. No solo creo que es un plan acertado y eficaz, es que además es el propio Guaidó, como todos los miembros de las fuerzas democráticas, el que se está jugando literalmente la vida. ¿Vamos a decirle desde fuera lo que tiene que hacer?
Nuestra labor —la de la Unión Europea, los países democráticos y los organismos internacionales— debe ser la de acompañar y proteger a las fuerzas democráticas en este propósito. Este sábado 23 de febrero vivimos un momento crítico. Más de un millón de voluntarios han acudido a la frontera con Colombia para recibir y posteriormente distribuir la ayuda humanitaria procedente de la localidad de Cúcuta. Tuve la oportunidad de visitar esta zona fronteriza el año pasado y comprobé cómo, cada día, miles de personas pasan de Venezuela a su país vecino. Algunas compran en Cúcuta los alimentos y medicinas que les faltan (hasta donde les llegue el poco dinero que tienen) y otras siguen el camino del exilio. Más de tres millones de personas han dejado un país que tenía treinta millones.