08 Oct Murad y Mukwege: del Sájarov al Nobel
Artículo publicado en El Español el 06/10/2018
El premio Nobel de la Paz de 2018 me ha producido una alegría inmediata y una satisfacción muy profunda. Llegué al Parlamento Europeo en 2014, y desde el principio fui consciente de la importancia del premio Sájarov a la libertad de conciencia, que concede la Eurocámara. Tiene un gran alcance simbólico y político, sólo por detrás, precisamente, del Nobel. Por eso he dedicado mucho trabajo, esfuerzo e influencia a promover a los candidatos que, en mi opinión, más lo merecían. En 2014 apoyé al doctor Denis Mukwege y en 2016 a la yazidí Nadia Murad. Ambos ganaron el Sájarov y ambos han sido galardonados este año con el Nobel de la Paz.
Pedí el Sájarov para Mukwege por ser un hombre dedicado a una misión que nadie quería, por centrarse en personas desamparadas y víctimas despreciadas. Es una eminencia de la medicina y podría estar en cualquier lugar del mundo ganando mucho dinero. En lugar de eso asiste a mujeres víctimas de violaciones en un país devastado por la guerra, la República Democrática del Congo. Allí, las violaciones son sistemáticas y brutales. Hay consecuencias físicas, psicológicas y sociales. Una mujer violada tiene poca vida por delante. Y a eso se dedica Mukwege: a devolverles la vida tratando su mente, su cuerpo y devolviéndolas a la sociedad como personas con derechos inalienables.