Becerra (UPYD) reclama un sistema automático de titularidad compartida de las explotaciones agrarias

15 Oct Becerra (UPYD) reclama un sistema automático de titularidad compartida de las explotaciones agrarias

La eurodiputada de Unión Progreso y Democracia Beatriz Becerra abogó hoy, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer Rural, por un sistema automático de titularidad compartida de las explotaciones agrarias cuando se den los requisitos, como elemento clave para garantizar la plena libertad y emancipación de las mujeres rurales.

Becerra, a través de la comisión de Mujer del Parlamento Europeo, promueve esta petición a la Comisión Europea y las autoridades nacionales para que adopten las medidas que eviten la discriminación de la mujer en la titularidad de la tierra. Además, reclama fomentar las capacidades e iniciativas empresariales de las mujeres y asegurar medidas de protección social que incluyen el reconocimiento del estatuto del cónyuge ayudante y las prestaciones familiares.

El Día Internacional de la Mujer Rural supone un reconocimiento y un homenaje a la función y contribución decisivas de las mujeres en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
Tras pasarse la vida trabajando en el campo, en muchos casos su trabajo se considera «ayuda familiar», como una extensión de las tareas domésticas.

El atribuir un estatuto social obligatorio a todas las personas que trabajen en agricultura, ya sea en la agricultura familiar u otra, sería un primer paso hacia el reconocimiento del trabajo de las mujeres agricultoras y un enfoque socialmente aceptable con respecto al trabajo que realizan.

Las mujeres rurales representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial. En los países en desarrollo, las mujeres rurales suponen aproximadamente el 43% de la mano de obra agrícola y producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos disponibles, por lo que sobre ellas recae la gran responsabilidad de la seguridad alimentaria.

Sin embargo, «la situación de las mujeres rurales en las últimas décadas ha evolucionado de forma desigual a lo largo del globo, y todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar la plena igualdad de oportunidades», lamentó Becerra.

La diferencia salarial en las zonas rurales en Europa es superior al 10%, pero además las mujeres sólo representan el 3% de los consejos rectores de las cooperativas, así como de los órganos de dirección de las organizaciones agrarias. «Sin ninguna duda es imprescindible hacer un esfuerzo para crear condiciones de vida en las zonas rurales comparables con las de las zonas urbanas, al tiempo que reflejan las realidades del campo. De este modo, se motivaría a las mujeres y sus familias a quedarse en el campo y a construir una vida exitosa allí», destacó Becerra.

CASO ESPAÑOL

Sólo España y la región belga de Valonia cuentan con un sistema legal de titularidad compartida. Y en el caso de España, cuatro años después de su puesta en funcionamiento, la igualdad legal no se ha traducido en igualdad real. «La falta de desarrollo y de información de la ley hace que únicamente 136 mujeres se hayan acogido a la ley cuando las previsiones apuntaban a 300.00 potenciales candidatas», denunció la diputada magenta.

Es preciso, además, «mejorar la calidad y la accesibilidad de las infraestructuras, las instalaciones y los servicios para la vida cotidiana en las zonas rurales». Por ejemplo, conexiones a Internet, asegurando así un nivel de vida equivalente al de las zonas urbanas que supere el problema del aislamiento, que es la principal causa de violencia contra las mujeres rurales.