El arte de los valientes |Alegato a favor de la libertad de expresión

06 Feb El arte de los valientes |Alegato a favor de la libertad de expresión

El arte de los valientes

Alegato a favor de la libertad de expresión

Maite Pagazaurtundúa

Hoy hemos desmontado la exposición «El arte sin miedo». Durante una semana ha presidido uno de los espacios más emblemáticos del Parlamento Europeo, a la vista de todos, en sí misma un grito a favor de la libertad de expresión.

Pero, ¿por qué hemos hecho esta exposición? ¿Cuál era su objetivo?

En junio de 2014 empezamos a trazar las líneas generales de lo que sería «El arte sin miedo». Cine, fotografía y pintura serían los tres ejes en torno a los que giraría nuestro alegato a favor de la libertad de expresión. Cuando todo estaba cerrado, sucedió una nueva tragedia: dos encapuchados entraban armados en la redacción de Charlie Hebdo y asesinaban a tiros a la mayor parte de la dirección del semanario satírico.

Hubo muestras de afecto y de condolencias. Nosotros supimos que cualquier tipo de alegado por el arte en libertad debía evocar obligatoriamente este nuevo acto de totalitarismo fanático. Charlie Hebdo llevaba desde 2006 bajo amenazas por ejercer la libertad de expresión y por evocar aquello que los intolerantes y los fanáticos más detestan: la risa.

Maite Pagazaurtundúa en la inauguración de la exposición "El arte sin miedo" en Bruselas

Maite Pagazaurtundúa en la inauguración de la exposición «El arte sin miedo» en Bruselas

Escribimos a los supervivientes, en toda humildad y sin ninguna pretensión, para solidarizarnos con ellos. Les explicamos nuestro proyecto y les invitamos a participar en él: queríamos que en nuestro homenaje a la libertad de expresión se expusieran las portadas que tanto odio generaron en los radicales.

Nos contestaron. Agradecieron las muestras de apoyo y nos ofrecieron diez de sus portadas para que se expusieran junto al cuadro de José Ibarrola, ‘Memoria’. Nos pidieron que, por favor, les hiciéramos llegar fotos de la exposición.

Y ahora estamos obligados a evaluar de qué se compone nuestra libertad y la gran cuestión es si vamos a plantar cara al miedo. No sólo en el momento de reacción instintiva, sino en el calvario del día a día, cuando decidimos crear o mostrar lo que creamos. Porque el Parlamento no nos permitió exponer esas portadas al haber «pasado tan poco tiempo» de la tragedia para no «herir sensibilidades». Resulta que se obligaba a que «El arte sin miedo» se acobardara.

Pero es tiempo para valientes.

Es tiempo para recordar que la historia de Europa también es la historia del aprendizaje de la libertad de conciencia y de aprender tolerar a los vecinos que no nos gustan, a los escritores que nos incomodan, a los que rezan distinto que nosotros o no rezan.

Los islamistas fanáticos no soportan ni la risa, ni la libertad: no mostrar viñetas que les molestan no les va a aplacar, como tampoco les aplaca que las mujeres se cubran. Es que los fanáticos desean el poder absoluto y toda nuestra libertad.

Por eso la autocensura no tiene sentido en la pelea por las libertades. Al contrario, la autocensura nos debilita.

El debate sobre el miedo, sobre la libertad, sobre la defensa de nuestro sistema democrático lo seguiremos planteando desde UPyD, sin perder el norte. La próxima parada del «Arte sin miedo» y de las portadas de Charlie Hebdo está claro: Madrid.