14 Abr «Defender los Derechos Humanos de los indígenas tiene un alto precio en Honduras: la muerte»
A continuación, transcribo mi intervención de hoy en Pleno sobre Honduras:
Defender el medio ambiente, los derechos de las mujeres, de los indígenas, de la comunidad LGTBI, tiene un alto precio en Honduras: la muerte. Un precio que han pagado activistas admirables como Berta Cáceres, Nelson García, Paola Barraza y otros cientos asesinados en las últimas dos décadas. Honduras no es un caso aislado.
En países como México o Guatemala, pude comprobar recientemente que la situación de impunidad, vulnerabilidad y persecución de los defensores de Derechos Humanos es muy similar.
Denunciar las prácticas ilegales y abusivas de la industria hidroeléctrica, la minería y la agroindustria prácticamente se ha convertido en Honduras en una sentencia de muerte.
Los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de Naciones Unidas no se aprobaron hace 5 años para decorar el despacho de las instituciones, sino para aplicarlos. Incorporémoslos a todos los acuerdos económicos y comerciales, vinculemos legalmente a las empresas y a los Gobiernos en su aplicación, y seamos escrupulosos con su cumplimiento. Los defensores de Derechos Humanos son la esperanza de un país arrasado por la violencia y la impunidad. No hay democracia sin activistas.
Ellos son el motor del cambio, quienes harán de Honduras un país más justo, igualitario y democrático. Ya lo dijo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. No olvidemos por un segundo que nuestro deber como europeos, pues a ello nos hemos comprometido, es protegerlos.