Una presidenta para una Cuba libre y democrática: “Yo haré la diferencia”

22 Ago Una presidenta para una Cuba libre y democrática: “Yo haré la diferencia”

Llegaron a Madrid en el verano de 2010, hace ya más de tres años (quién lo diría), como maltratadas luciérnagas huyendo a/de la oscuridad. Cumplieron casi un año aquí, malviviendo en aquel hostal de caridad de Casas de Miravete, perdido en lo más recóndito de la Villa de Vallecas, un arrinconamiento cómplice acordado por Moratinos y De la Vega para los expresos cubanos venidos de tapadillo y sin esperanza ni futuro. Con un escandaloso “permiso de salida definitivo” escrito a mano en su pasaporte y en el de los familiares que los acompañaban en aquel exilio sobrevenido.

Pero ellos, Normando, Yarai y Daniela, valientes de verdad (los que lo son cada día, muchos días, meses, años, todo el tiempo), pura dignidad luminosa, sobrevivieron a la tristeza y a la enfermedad que traían consigo y a la pedregosa incertidumbre en la que de mala gana los instalaron en Madrid. Y, un año después, lograron irse. A Miami.

Ayer volví a verlos, a charlar con ellos, Skype mediante. Reluce Normando, imparable, entusiasmado, con multitud de proyectos y actividades a la vista, con carne en los huesos y una cara chispeante. Yarai, a punto de dar a luz, magnífica en su gravidez de nueve meses cumplidos. No puede esperar a la cesárea programada para el 29… Abraham está a punto de llegar. ¿Homenaje al país que te ha acogido, al Lincoln omnipresente? No. Normando cuenta que le prometió a Dios en sus largas noches de prisión en Cuba que, si alguna vez le daba la libertad y la salud para traer un hijo varón al mundo, le llamaría como el patriarca judío.

Danielita está en el colegio. Sus padres hablan y no paran de sus notas excelentes, de su inglés ya impecable. También de su rechazo a recordar su vida en Cuba. El sufrimiento pasado, la familia y amigos que puede que ya nunca vuelva a ver. Solo la acompaña siempre, pegada a su espejo inseparable, la foto de una pequeña: su mejor amiga cubana.

Normando nos relata también, con tanto orgullo como admiración por su heredera, la que ha sido la primera (y victoriosa) campaña de todo un animal político sin duda: una campaña artesana y personal para presentarse a presidenta de su clase…

Cargada de simbolismo la foto elegida por Daniela para su poster, sujetando el monumento de Washington. Y asombroso su lema:

“Vote for me, I’ll make the difference”

Vótenme, que yo haré la diferencia. Promesa de ayuda a todas horas para sus compañeros, de cubrir las deficiencias de los más vagos o limitados. Lisa Simpson revivida con acento de Camagüey. La promesa de Daniela como futuro de Cuba.

Cuánta alegría contemplarlos, Qué privilegio ser parte de su vida.

Y preparémonos para Abraham: llegará seguro pisando muy fuerte.