Refugiados

15 Sep Es nuestra responsabilidad frenar la catástrofe humana de los refugiados

Mi intervención en el Pleno del 14 de septiembre 2016:

Estimado Comisario,

El informe que estamos debatiendo trata sobre el retorno de los nacionales de terceros países en situación irregular. De cómo mejorar el reconocimiento y validez de su documento de viaje, con el fin de aumentar la eficacia, seguridad, y readmisión en los retornos. Como en muchos otros temas, vemos que, entre otros problemas, existe falta de cooperación y de intercambio de información entre los Estados miembros.

No cabe duda que quienes no pueden acogerse a la protección internacional deben regresar a sus países con garantías. Pero déjenme aprovechar esta ocasión para compartir con ustedes mi preocupación por aquellos que son injustamente devueltos por culpa del fracaso de la política común de asilo. ¿A cuántos refugiados estamos condenando a regresar al peligro de sus países sin ni siquiera atender su solicitud de protección internacional?.

Es nuestra responsabilidad frenar esta catástrofe humana. Cada minuto se está violando el principio de no devolución. Lo viola Turquía expulsando en masa a refugiados sirios, incluidos niños y embarazadas; lo viola también Turquía obligando a regresar a los refugiados sirios LGTBI a países donde sufren la amenaza del ISIS y donde la ley siria considera la homosexualidad un delito y es castigada con prisión; díganme, ¿es este un país seguro para los refugiados? Pero también se viola en nuestras fronteras, como en la de mi país, España, donde el sábado pasado decenas de adolesecentes subsaharianos fueron salvajemente agredidos en la valla de Melilla, para luego ser deportados sin ninguna  garantía y sin someterse a ningún tipo de identificación.

Señorías, nuestra Unión no puede permitirse más imágenes como esta.  La gestión de esta crisis, al igual que el Brexit, evidencian la parálisis que sufre la UE; su inoperancia ante el sometimiento constante del Consejo.

Los ciudadanos europeos necesitan una Europa unida, que ofrezca soluciones a los problemas actuales. Pero también lo necesitan los más débiles, quienes huyen de la barbarie y la miseria y a los que estamos obligados por el derecho internacional y por nuestra legislación, a atender su solicitud de asilo y a no expulsarlos a países donde su vida está amenazada.

 

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